A LOS MARTIRES

Al rojo vivo estaba el ambiente político-social al inicio de la campaña presidencial de 1938. La Derecha postuló a Gustavo Ross Santa María, ex- ministro del entonces Presidente Arturo Alessandri Palma. El partido Radical, reunido con la Izquierda en el Frente Popular, apoyó a Pedro Aguirre Cerda.

El tercer candidato era el General en retiro Carlos Ibáñez Del Campo, por la Alianza Popular Libertadora y el Movimiento Nacional Socialista (M.N.S.).

En el parque Cousiño -actual parque O’ Higgins- se reunieron los adherentes de Ibáñez el 4 de septiembre de 1938, tras lo cual desfilaron en la llamada "Marcha de la Victoria". Al día siguiente, un grupo de 63 jóvenes estudiantes y obreros nacistas ocupó dos edificios de la capital: la casa central de la Universidad de Chile y la Caja del Seguro Obrero (Hasta el día de hoy, existe una divergencia respecto de cuántos militantes participaron en las tomas. Los únicos datos numéricos que resisten toda prueba son las cantidades de muertos y de sobrevivientes. Éstos fueron cuatro. Pero, en cuanto a los cadáveres de nacistas, hay versiones de que fueron 58 y otras que los establecen en 59. ). En ambos casos tomaron rehenes.

Dos antecedentes de actuaciones del M.N.S. tienen relevancia en su relación con el Presidente Arturo Alessandri y Carabineros. En julio de 1937, las fuerzas policiales irrumpieron en una concentración del conglomerado. La disolvieron mediante bombas lacrimógenas. El orador, Jorge González fue interrumpido por el Coronel Juan Pezoa (quien estaría a cargo del Seguro Obrero en el conato nacista). El Jefe fue detenido y traspasado a la Justicia Militar por injurias a Carabineros.

La versión de carabineros denuncia que González, el "Jefe", llamó "sinvergüenza" a Gustavo Ross, dijo que el Presidente y los Ministros eran unos "chupadores de sangre del pueblo", y que llamó de "imbécil" e "idiota" a un Cabo Segundo.

El diputado mostró en la Cámara un disco en que había grabado la conversación, negando las acusaciones. Alessandri envió dos días más tarde un oficio con su opinión respecto del fuero parlamentario. Por sólo un voto la cámara no le devuelve el documento para que "no ensuciara los anales del Congreso Nacional". El tribunal absolvió a González del delito de injurias.

Por otra parte, en los días previos al 21 de mayo de 1938, fecha en que el "León" (apodo de Alessandri) debía dar cuenta por última vez de su gestión, el Frente Popular le solicitó audiencia.

Alessandri sólo aceptó recibir a algunas personas. La oposición decidió boicotear el evento. Los nacistas colocaron una bomba de ruido en una de las palmeras del Congreso, para que explotara al pasar el León. En la sesión le fue negada la palabra a Gabriel González Videla, tras lo cual la oposición se levantó y se originó una batahola en la que Jorge González disparó al aire. En esos momentos explotó la bomba de la palmera. González Videla (posteriormente electo Presidente de la República) fue arrastrado por la policía hacia el exterior y Jorge González llegó a la Asistencia Pública en calidad de detenido ("Cuadernos Históricos", revista "Qué Pasa", 21 de junio de 1973, p.42.).

5 de septiembre de 1938

En cinco grupos se dividieron los nacistas participantes aquélla mañana. Las dos facciones más numerosas- de aproximadamente 30 jóvenes cada una- estuvieron encargadas de las tomas de la Universidad de Chile y de la Caja del Seguro Obrero.

Otros diez militantes, al mando de Orlando Latorre, tuvieron por misión provocar un apagón en la capital. A las doce y media del día dinamitaron dos torres de electricidad en Pataguilla (cerca de Talagante). Luego, la mitad del comando partió a La Florida. A las dos de la tarde otra detonación dañó dos torres más. Pero no lograron suspender el suministro de energía eléctrica porque las explosiones no dañaron los cables de las instalaciones.

El cuarto grupo llegó a la radio "Hucke" y, revólver en mano, le arrebató el micrófono al locutor. El líder universitario, Oscar Jiménez Pinochet, tomó la palabra: "¡Ha estallado la revolución!". En ese momento un empleado que estaba en un cubículo vecino de la sala de transmisión, y separado de ésta por sólo un cristal, interrumpió la energía eléctrica. Los nacistas le dispararon a través del vidrio pero no le dieron (3). Jiménez retornó al escondite de la calle Ministro Carvajal Nº 33, en Las Condes. Allí acompañó al Jefe, Jorge González, en la comunicación radial con los amotinados del Seguro Obrero. Éste era el quinto núcleo de la subversión.

Diez minutos pasadas las doce del día el carabinero José Salazar salió de la Prefectura General- ubicada en el primer piso de la Intendencia- y atravesó la calle Moneda. Iba a almorzar. Ya en la esquina sur occidental de Moneda con Morandé- la misma de la Caja del Seguro Obrero- la dueña de un quiosco le dijo que estaban entrando personas armadas al edificio. El carabinero llegó a la puerta justo cuando Ricardo White, comandante de las Tropas Nacistas de Asalto (T.N.A.) de Santiago, quien tenía a cargo esta toma, le ordenó al militante Carlos Barraza cerrar el portón por dentro, con una cadena. El carabinero Salazar apuntó con su revólver a Barraza. Pero cayó abatido de un tiro de pistola antes de efectuar el disparo. Un amotinado vio cuando apuntaba a su camarada y apretó antes el gatillo (En la sentencia del ministro Erbetta correspondiente al segundo proceso sobre los hechos, se le sindica al nacista Gallmeyer la muerte del carabinero. Sin embargo, la declaración de uno de los sobrevivientes, tomada por la Comisión especial de la Cámara para informar sobre la acusación constitucional, le da la autoría al jefe de la toma, Ricardo White. Diario "Trabajo", 5 de septiembre de 1939, p. 20. "Habla Carlos Pizarro, el único que escapó ileso, oculto en un montón de cadáveres".).

Salazar, sangrando seriamente, trató de devolverse a la Prefectura General pero no alcanzó a llegar ni a la esquina. Se desplomó junto a un buzón del correo ( Diarios "La Hora", 12 de septiembre de 1938, "El Imparcial", 5 de septiembre de 1938, p.1).

Así continua la historia hasta la hora en que todos los 58 nacionalsocialistas Chilenos son asesinados, cruel y vilmente.